Batalla de Avein (Avins)

El Cardenal Richelieu (Francia), al tener conocimiento del arresto de su fiel amigo el Obispo de Tréveris, mandó invadir Luxemburgo (Unión de Arrás – Flandes español) por el Ejército francés, éste se dirigió sobre Thionville.

El Tercio de nuestros ancestros formó parte del Cuerpo maniobrero del Príncipe Tomás de Saboya, que sólo tenía diez mil infantes y tres mil a caballos… El Ejército contrario contaba con el doble de fuerzas en ambas Armas.

El día 13 de mayo de 1635 llegó el Príncipe Tomás de Saboya hasta Avein (Avins), cerca de Lieja y a unos 17 km. de Namur. Nuestro jefe, de manera imprudente y sin hacer caso a las advertencias que recibía de su Cuartel General, fue en busca del enemigo. Después de haber realizado nuestro Ejército una marcha de aproximación durante cuatro días completos, las tropas españolas y sus aliadas fueron colocadas sobre unas colinas pobladas de setos, frente a un estrecho valle, con la Caballería por la planicie en escuadrones, detrás quedaba el río Hoyoux.

A las tres de la madrugada del día 20 de mayo atacó, de manera temeraria, el Príncipe… la Caballería aliada y la nacional, agobiada por la numerosa del contrario, cedió las posiciones alcanzadas y no quedó más remedio que ordenar el repliegue general a la línea de setos, donde se empezaron a deshacerse los escuadrones, estos fueron envueltos y sufrieron, por todas partes, una carga de la Caballería e Infantería francesa que acabó desbaratando con facilidad a las fuerzas replegadas. De la Infantería propia sólo pelearon nuestro Tercio, al mando del Maestre de Campo D. Alonso Ladrón de Guevara, y el italiano de Sfondrati que tenían por misión el mantener el orden y cubrir la retirada; para ello se le ordenó al Sargento Mayor de nuestro Tercio, D. Antonio de la Rúa, que formara un escuadrón volante con tropa de todas las naciones, con esta poca gente comenzó el combate.

Nuestros soldados lucharon con gran valor para mantener elevada nuestra reputación ya que la victoria no era posible. Se vieron obligados a refugiarse para vender cara su existencia, rechazando cinco cargas con picas y espadas; vendiendo cara sus vidas ya que no podían triunfar tras la retirada a la que se vio forzada nuestra Caballería y a la retirada de los Tercios de walones y alemanes que estaban en retaguardia. Sacrificaron sus vidas hasta mil doscientos hombres de nuestro Tercio y del italiano, entre ellos la mitad del número total de sus capitanes. El Príncipe Tomás de Saboya estuvo luchando entre las filas de nuestro Tercio hasta que, viendo todo perdido, le persuadieron para que se retirara.

Nuestro Maestre de Campo cayó prisionero y no fue liberado hasta el mes de noviembre de ese mismo año; murieron los capitanes de nuestro Tercio:

 

  1. Francisco Bellvis.
  2. Juan Ramírez.
  3. Gabriel Cobos de la Cueva.
  4. Diego de Guipúzcoa.
  5. Diego Dávalos y Toledo.
  6. Diego Chazar.
  7. Diego de Contreras y Grao de Rivas.
  8. Pedro de Ayala.

 

Los capitanes reformados y agregados:

 

  1. Juan de Ayerbe.
  2. Miguel de Riaño.
  3. Pedro Suárez.
  4. Sebastián Saña.
  5. Pedro de Salazar.

 

Quedando prisioneros los capitanes efectivos:

 

  1. Fernando de Santiago.
  2. Luis del Barrio.
  3. Diego de Zúñiga
  4. Juan Asensio.

 

  1. José de Saavedra y Ulloa quien, defendiendo heroicamente su puesto, mostró un valor inaudito el día 20 de mayo cuando recibió trece heridas. Fue apresado y rescatado en el mes de noviembre del mismo año. De este Capitán sabemos que: “A finales de 1629, contando con diecisiete años de edad, marchó a Flandes en la comitiva del Maestre de Campo D. Diego de Mejía, Marqués de Leganés, cuñado de su madre por su segundo matrimonio, y comenzó a servir de voluntario, a su costa, muy probablemente en nuestro Tercio. Se asentó de soldado en el Tercio de D. Alonso Ladrón de Guevara, donde ascendió a Capitán. Tras regresar a España en 1636, con patente de Capitán de caballos, levó un Tercio de Infantería que condujo nuevamente a Flandes a finales de 1637.

También fueron apresados los capitanes reformados:

  1. Fernán Arias de Saavedra.
  2. Diego de Goñi.
  3. Álvaro Pérez de Navia.

Quedó cautivo, entre otros mandos, nuestro Maestre de Campo D. Alonso Ladrón de Guevara.

Nuestras tropas aliadas sufrieron tres mil muertos, ochocientos prisioneros. Cayeron en poder del enemigo con todas las banderas, cajas de guerra y bagajes. El valor y la desesperación hicieron heroicidades, pelearon todos como bravos, diezmando las filas francesas. Puede decirse que la acción del 20 de mayo fue de las más funestas que ha sacudido a este Cuerpo, célebre por su serenidad y valor…

El Tercio quedó prácticamente aniquilado. Sus restos se retiraron, a las órdenes del Capitán D. Alonso Pérez de Viveros y Menchaca. En Lieja se apiadaron de nuestros soldados, allí les dieron cobijo, curaron sus heridas y ayudaron a muchos a escapar de caer presos de los franceses.

Franceses y holandeses presionaron sobre los dominios españoles en Flandes. El día 27 de mayo se unieron las fuerzas de nuestros enemigos en las proximidades de Maastricht y fueron a buscar enfrentamiento contra nuestras mesnadas que, percatándose de los peligros que se corrían en aquellas provincias, habían emprendido un desplazamiento a una zona más segura, tomando posiciones cerca de Lovaina, en la desembocadura de los ríos Djile y Voer, buscando esta línea como obstáculos naturales y levantando fortificaciones.

Desde Avins, las tropas del Príncipe Tomás de Saboya continuaron y llegaron, el 30 de mayo, a la línea anteriormente mencionada, donde socorrieron a la guarnición de esta Plaza de las constantes acometidas del Ejército francés.

Llegaron las huestes enemigas a las proximidades de la Plaza de Thillemont, ciudad que fue sitiada por el enemigo y donde los franceses cometieron las mayores crueldades. Paradójicamente, después de estos enfrentamientos, el día 06 de junio firmó un edicto, el Rey de Francia, con el que declaraba la guerra a España.

El día 20 de junio, los nuestros abandonaron estos puestos de Lovaina y se retiraron sobre Bruselas, soportando el acoso de numerosas escaramuzas enemigas. Nuestro Rey, Felipe IV, tomó la determinación de mantener y conservar las plazas de Lovaina (dejaron a 5.000 hombres), Malinas y Bruselas. Los franceses atemorizaron a las ciudades de Artois, Henao (Hainaut) y Cambray (Cambrai). El día 24 de junio, el Gobernador de los Países Bajos el Cardenal-Infante de España D. Fernando de Austria, declaró la guerra a Francia.

Reforzado nuestro Ejército con el imperial, avanzó nuestro Tercio con el Cuerpo del Marqués de Aytona (04 de julio) a los alrededores de Malinas, en cuya ciudad se completó nuestro Tercio con los reclutas llegados de España al Puerto de Dunkerque. Los soldados franceses, víctimas del hambre y de la relajación, empezaron a abandonar sus filas; de manera que se disolvió, por sí sola, la Liga de fuerzas galas y con ellas se desvanecieron por entonces las esperanzas de los enemigos del Rey de España.

Asistieron al sitio de Diest (Dieste en español; provincia de Brabante), que se rindió el día 11 del mismo mes. Allí permanecieron, sin moverse, porque no se podía perder la atención a la guerra declarada contra Francia, particularmente porque algunas de sus tropas acosaban a Artois y a Henao (Hainaut). Por otro lado, también tenían que proteger la ruta de abastecimiento que se encontraba en sus proximidades.

Otra parte de nuestro Ejército, a las órdenes del II Duque de Lerma, emprendió las operaciones en el Mosa: ocuparon la isla de Stewensweert (Provincia de Limburgo) para poner en jaque al Ejército enemigo que se había retirado a Ruremonde, villa que se encuentra a unos 17 Km. de la citada isla, y parte de su tropa se apoderó, el día 28, del fuerte de Schenck en la isla de Belwar.

Nuestra Unidad, a las órdenes del Marqués de Aytona, desde Dieste pasó al campo de Gock, en donde estaba el Ejército con el Cardenal-Infante, y participó en el ataque y toma del fuerte de Genape (27 de septiembre). Por último, sobre el día 10 de noviembre recibió la orden, nuestro Tercio, para acuartelarse en el país de Limburgo, tomando alojamientos en los pueblecitos y caseríos del mismo. Unos días antes, a finales de octubre, pasaron dos compañías de nuestra Unidad al Ducado de Güeldres.

Bernabé de Vivanco: “Historia de Felipe IV Rey de España”.

Guido de Bentivoglio: “Las guerras de Flandes desde la muerte de Carlos V hasta conclusión de la Tregua 12 años”. Año 1687.

Jerónimo Camarenhas: “Sucesos de la campaña de Flandes del año 1635”.

Conde de Clonard: “Historia Orgánica de las Armas de Infantería y Caballería españolas”.

Historial del Regimiento de Infantería Soria nº 9, edición del año 1909.

Germán Segura García y Hugo Vázquez Bravo: “Atlas ilustrado… Los Tercios españoles en Flandes”.

Jean Carpentier y François Lebrun: “Breve Historia de Europa”.

Batalla de Rocroy

Batalla de Rocroy

Nos separamos en el relato de esta Batalla de lo que se escribe en el Historial del Regimiento del año 1909, el cual fue extraído de la HISTORIA ORGÁNICA DE LAS ARMAS DE INFANTERÍA Y CABALLERÍA (tomo VIII) año 1856, escrita por el Conde de Clonard. Este acontecimiento histórico fue escrito por uno de sus supervivientes, el Maestre de Campo D. Francisco Dávila Orejón y Gastón en su obra de 1681, “POLÍTICA Y MECÁNICA MILITAR PARA SARGENTO MAYOR DE TERCIO”. También extraemos el estudio que realizó D. Antonio Cánovas del Castillo en su libro, de 1888, “ESTUDIOS DEL REINADO DE FELIPE IV, TOMO II. ANTECEDENTES Y RELACIÓN CRÍTICA DE LA BATALLA DE ROCROY. CON EL PRINCIPIO Y FIN QUE TUVO LA SUPERIORIDAD MILITAR DE LO ESPAÑOLES EN EUROPA”. Y la correspondencia que D. José Antonio Vincart, “Secretario de los avisos secretos de guerra de los estados de Flandes”, dirigidas al Rey Felipe IV de España y a la Reina Dña. Ana de Austriacon el pseudónimo “Cardinael”. Igualmente, la que envió D. Francisco de Melo a Su Majestad, el Rey de España, tras la derrota de dicha Batalla y otros documentos que fueron estudiados por D. Antonio Cánovas en su obra citada.

Para la campaña de 1643 determinó D. Francisco de Melo, Marqués de Tordelaguna, entrar por Francia con el fin de atraer sobre sí todas las fuerzas y ejércitos enemigos en parte por donde más cómodamente podía resistirles y luchar de poder a poder. Con ello intentaba evitar la invasión del Estado de Borgoña por los franceses y que otras tropas de refuerzo penetrasen por los Pirineos en la rebelada Cataluña. Con estos propósitos escogió para invadir el territorio francés la parte que está situada en Rocroy.

Señaló tres plazas para la concentración del Ejército, dispuso en Artois al Cuerpo que mandó el Duque de Alburquerque; la Plaza de armas de Hainaut, al Conde de Bucquoy y entre los ríos Mosa y su afluente el Sambre, el conocido como Ejército de Alsacia, con su Jefe el Conde de Isembourg.

Bajo las órdenes del Duque de Alburquerque estaban los Tercio españoles de:

  1. Baltasar Mercader. D. Antonio de Velandia.                                    D. Alonso de Ávila.
  2. Jorge de Castellví D. Bernardino de Ayala y Guzmán, ancestro del RI. “Soria” nº 9.

Estos Tercios iban acompañados por los italianos de:

Marqués de Visconti.                    D. Alonso Strozzi.                                             D. Juan Liponti.

Los Tercios walones y alemanes de:

Príncipe de Ligne.                         Sr. Ribancourt.                                                 Sr. Granges.

Situados desde el día 10 de mayo de 1643 entre Mariembourg y Philippeville, se fingió pasar el Río Sambre en dirección opuesta a Rocroy; durante la noche del 11 al 12 de mayo se marchó rápidamente sorprendiendo a los habitantes de la citada población. Una vez sabida la imprevista toma de puestos y el bloqueo de Rocroy, se ordenó a nuestro Tercio que quedase a cubrir la Plaza de Artois. Se puso en movimiento el General Melo pasó el Sambre y penetró hasta la Châpelle y siguió par a poner sitio a la plaza de Rocroy, pero no se hicieron obras de defensa al pensar que en tres o cuatro días rendirían la Plaza sin que diera tiempo a que llegasen los socorros franceses. Poco satisfecho Luis de Borbón, Duque de Enghien de la campaña pasada, reunió a las fuerzas que mandaba en Amiens y, exhortándolas a cumplir con el honor francés, marchó sobre nuestro campo sitiador llegando por sorpresa a sus alrededores, tras muchos errores tácticos propios por exceso de confianza, el día 18 de mayo y desplegando su Ejército antes de las 18:00 H.

En esta forma desde las tres de la mañana del 19 de mayo, día glorioso, pero día de luto. El Capitán General de nuestras tropas en Flandes, D. Francisco de Melo, concentró todas sus fuerzas desplegándolas en línea de batalla y colocó a los cinco Tercios de la Infantería española en el centro, formando con ellos un cuadro sólido, erizado de picas; el frente de ataque de este reducto de carne humana lo cerraba nuestro Tercio Viejo, cuyo Maestre de Campo era Don Bernardino de Ayala y Guzmán, Conde de Villalba, y toda la masa estaba a las órdenes del Conde de Fontaine (Fontana), que, aquejado de la gota, se había hecho conducir en una silla de brazos, colocándose en medio de ella pero sin capacidad para mandarla debidamente y muriendo durante la primera carga que la Caballería francesa ejecutó sobre el centro de nuestra formación, es decir, sobre nuestros Tercios de españoles que, con gran pérdida de hombres, se habían quedado sin mando, pero que lograron rechazar la primera carga francesa. En la cara principal, cubiertas por las filas de las bocas de fuego, estaban situadas algunas piezas. Nuestra Caballería, por el flanco derecho español, mandadas por Melo, quien había abandonado su puesto y dejado en el mismo al Conde de Fantaine, había vencido a la del Mariscal francés L’Hôspital que no pudieron resistir un segundo choque sobre el mismo flanco, cuando ya había regresado quien estaba encargado de dicho lateral, Isembourg.

Mientras, el Duque de Alburquerque sufría, por el ala izquierdo español, fue batido por la Caballería francesa que estaba a cargo del Duque de Enghien, estos derrotaron a los arcabuceros españoles que protegían ese lateral, sorprendiendo a la Caballería de Alburquerque, aunque fueron rechazados por los españoles; durante esta carga, además del Conde de Fontaine que recibió un pistoletazo que le arrebató la vida, también murieron los Maestres de Campo D. Antonio de Velandia y el de nuestro Tercio, Don Bernardino de Ayala y Guzmán… También murieron muchos capitanes, aunque los batallones quedaron firmes. Esto provocó que se rompiera dicho flanco. Entre las cinco y las seis de la mañana del mencionado día, la formación en nuestro costado izquierdo estaba deshecha. No se observaba, inicialmente, en la masa española ninguna señal de descomposición, sólo advirtió confusión por la falta de mando que se produjo tras la muerte del Conde de Fontaine y de los mandos más significados; este fue el motivo por el cual nuestra Caballería no recibía ayuda de nuestros Tercios; un desconcierto y silencio sepulcral condujo a unos instantes de inacción que mermaron la superioridad que nuestras intactas tropas de veteranos españoles poseían el centro del despliegue. El Duque de Enghien reorganizó su Caballería y envolvió a nuestro Ejército por la derecha, tomando a nuestra artillería y nuestras segundas y terceras fuerzas del centro, Infantería walona y alemana que fueron deshechas y todos sus mandos muertos, estando dotadas únicamente de picas y sintiendo el empuje de los caballos franceses, se vieron obligadas a retirarse sin orden. Puestos en fuga la Infantería de las naciones que combatían junto a la española, se arrojó Enghien sobre nuestros Tercios, desde el flanco izquierdo. Se esperaba que llegaran las tropas de refresco de Beck, pero estas no aparecían y llegó el momento en que sólo los Tercios españoles eran los únicos que mantenían sus posiciones de manera inquebrantable.

Entre las ocho y las diez de la mañana se mantuvo una desigual y vana lucha los españoles. Las repetidas cargas de la disciplinada Caballería francesa que podía recomponer sus bajas y las grandes bajas producidas por el fuego enemigo, quebraron a uno de los escuadrones de nuestra Infantería, y luego otro, y otro, hasta quedar sólo uno firme y cerrado; en esas dos horas la Infantería de españoles resistió sin ninguna ayuda. Escribió el Maestre de Campo D. Francisco Dávila Orejón y Gastón, testigo y actor de aquella hazaña en su calidad de Sargento Mayor: «Sólo se mantenía el escuadrón del tercio que había sido del señor duque de Alburquerque, gobernado por su sargento mayor Juan Pérez de Peralta, soldado de muy conocido valor y experiencia, como dice el ejemplo. Ya habiéndose recogido a este escuadrón, después de haber defendido los suyos más que parecía imposible, los maestres de campo el conde de Garcíes y D. Enrique de Castelví, (quien a la sazón lo era mío), y otros muchos oficiales y soldados, a quienes, aunque la fortuna les venció, no les rindió el valor…».

Los franceses nada tenían ya que vencer, por cuanto la muerte se había encargado de esta misión. Los españoles estaban envueltos en un lago de sangre: el Conde de Fuentes (Conde de Fontaine), atravesado de balas, había lanzado el último suspiro desde el primer combate, había animado a los “leones de Iberia”, y la mayor parte de sus soldados, a esas horas más de seis mil, estaban muertos en derredor del cadáver de su querido General. Los pocos que restaban en pie se hallaban cubiertos de sangre. Valiente el Duque de Enghien, a la par que caballero sensible, empleando una especie de tregua para disponer sus tropas para otro combate, vino a caer sobre la posición que ocupaban los Tercios españoles, reducidos a sus solas fuerzas en un único Escuadrón en el que había reunido todos los españoles que sobrevivieron de los que habían sido destruidos por el fuego y las cargas francesas… Continúa el relato de D. Francisco de Dávila: «Enviaron los enemigos un trompeta, como pudieran a un castillo, preguntando de parte del príncipe de Condé quien mandaba aquel escuadrón; y habiéndole respondido que el conde de Garcíes y D. Enrique de Castelví y su propio Sargento Mayor, mandó replicar que como eran tan bávaros que llegaban a extremos tales, y que en el mundo sólo ellos (como es así) eran el primer ejemplar: que lo mirasen bien, y el poco recurso humano que les quedaba; que él ofrecía cuartel, que es las vidas, y, en suma, la cosa se redujo a capitular como plaza fuerte. Y lo que se les pidió, que no podía ser más, fue que, cediendo las armas, se les conservasen las vidas y todo lo que tuviesen encima; y así lo concedieron y capitularon y cumplieron los franceses, de quienes no pondero los muchos agasajos y favores que a todos hicieron después de rendidos, pues nadie conoce más bien el valor que el vencedor». La arcabucería y la mosquetería españolas agotaron sus municiones antes de capitular como plaza fuerte. Quedaban sólo útiles los piqueros.

Según el francés Duque de Aumale: “Tres veces fue rechazado el Ejército de Enghien por las picas del último Escuadrón de españoles, y el fuego nutrido de su arcabucería y mosquetería. A la cuarta carga los españoles, abordados por tres lados a un tiempo, rendidos de cansancio y sin municiones, después de siete horas de combate, fueron rotos”. Según escribió Dávila: «Un escuadrón de españoles capituló con un ejército vencedor en campaña rasa». Todo el fruto de la victoria de Rocroy se redujo, para los enemigos coligados, a la toma de la Plaza de Thionville por aquel año.

El historiador Gualdo Priorato calculó que: «de la infantería española capitularon dos mil quinientos, quedando el resto, hasta seis mil que iban, sobre el campo». Los infantes españoles habían capitulado; mas se dijo que bajo la cláusula de que sanos y salvos se les traería por acá para seguir sirviendo. Lo de la capitulación, sin duda era cierto; mas se exageraban sus honrosas condiciones.

En vista de tales hechos y de las honrosas heridas que ostentaban aquellos valientes después de terminada la batalla, al formarse los nuevos regimientos de Felipe V, los cuadros de los Tercios Viejos no olvidaron sus antecedentes en Flandes acá en la Península, y aún por eso se vanagloriaban en aquel tiempo de descender, el de Galicia, del que mandó en Rocroy el Conde de Garcíes (Garciez), D. Fernando de Quesada y Hurtado de Mendoza; el de Soria, del otro a cuya cabeza murió el Conde de Villalba, desde el año 1738 se conoció a este Tercio con el nombre de DE LA SANGRE. Además, fue tan bizarro el comportamiento de la Infantería, que el General D. Francisco de Melo amontonó a favor de ella todos los elogios imaginables, y el Rey, de acuerdo con el parecer de sus consejeros, Marqués de Santa Cruz, Conde de Monte Rey, Duque de Nájera y Marqués de Castañeda, la prodigó abundantes gracias.

Del Maestre de Campo D. Bernardino de Ayala y Guzmán se cuenta que era: “Gran justador y toreador; desterrado de Madrid y cuarenta leguas en contorno por su airada vida, antes de ir a servir en Flandes; Maestre de Campo luego, donde se distinguió sobre todos en Honnecourt, peleando con «bien particular resolución», y en cuantos hechos se ofrecieron; el más brillante oficial, donde tantos hubo, de la Infantería española”.

Al final de su libro D. Antonio Cánovas del Castillo, “ESTUDIOS DEL REINADO DE FELIPE IV, TOMO II. ANTECEDENTES Y RELACIÓN CRÍTICA DE LA BATALLA DE ROCROY. CON EL PRINCIPIO Y FIN QUE TUVO LA SUPERIORIDAD MILITAR DE LO ESPAÑOLES EN EUROPA”, se puede leer: «¡Puedan los regimientos mencionados y todos los actuales, así como el soldado español en general, parecer eternamente dignos de aquellos de sus antepasados cuya historia queda bosquejada! ¡Pueda España entera tomar aviso de los hechos faustos y adversos que el presente estudio comprende, para agenciar y obtener en futuros días, cuanto le faltó en otro tiempo, y todo lo que además necesite para conseguir de nuevo, y perpetuamente esta vez, un lugar señalado entre las Naciones!»

Bernabé de Vivanco: “Historia de Felipe IV Rey de España”.

Guido de Bentivoglio: “Las guerras de Flandes desde la muerte de Carlos V hasta conclusión de la Tregua 12 años”. Año 1687.

Conde de Clonard: “Historia Orgánica de las Armas de Infantería y Caballería españolas”.

Germán Segura García y Hugo Vázquez Bravo: “Atlas ilustrado… Los Tercios españoles en Flandes”.

Jean Carpentier y François Lebrun: “Breve Historia de Europa”.

Antonio Cánovas del Castillo: “Estudios del reinado de Felipe IV, Tomo II… Relación crítica de la Batalla de Rocroy”.

 

 

Qala e Naw, 26 de Junio de 2011

 Cuando estudiaba hace unos cincuenta años, me enseñaron que un hecho, antes de ser considerado histórico, debía de transcurrir medio siglo. Pero en el Historial del Regimiento somos capaces de destacar, reconocer y homenajear, a miembros de nuestra Unidad que perdieron sus vidas cumpliendo la misión que España les había encomendado.

Cuando el Vehículo Polivalente Ligero (VPL) “Lince” que encabezaba un convoy de siete vehículos; que circulaban al norte de Qala-e-Naw, capital de la provincia de Badghis, donde se encontraba destacado el grueso de las tropas españolas en el noroeste de Afganistán; recibió el impacto de un artefacto explosivo puesto por la insurgencia.

En el VPL viajaba como copiloto el Sargento Manuel Argudín Perrino y detrás de él, la Soldado Niyireth Pineda, además de los soldados Rubén Velázquez Herrera, Jhony Alirio Herrera Trejos y Roi Villa Souto. Como consecuencia de la explosión se produjeron los lamentables fallecimientos del Sargento y de la Soldado que ocupaban posiciones en el lado derecho donde explosionó el artefacto, sufriendo heridas de diversa consideración los restantes ocupantes del vehículo.

Los cinco militares pertenecían- pertenecían al Regimiento de Infantería Ligero “Soria” nº 9 y se dió la circunstancia de que la Soldado fue la segunda soldado, fallecida en “acto de combate”.

 

Estas muertes movieron el corazón de una persona sensible, D. Ángel Alcaide Barroso Vázquez quien compuso la letra y la música que recuerda a nuestros muertos en dicha acción:

“Ya suenan esos tambores
Ya llega mi Regimiento
Hombro con hombro
Bandera al viento.

No vienen los que se fueron
En ese valle héroes cayeron
Devuelto el beso, lo recibieron

¡Gloria! A ti hermano,
Siempre conmigo, siempre marchando

¡Gloria! A ti hermana,
Siempre conmigo, siempre luchando.

Del “Soria” soy un legionario
Testigo de su memoria
Tercios antiguos,
esa es su historia

La muerte en el combate,
Mi sacrificio es para honrarte,
Es sangre y oro,
Es mi estandarte

¡Gloria! A ti hermano,
Siempre conmigo, siempre marchando

¡Gloría! A ti hermana,
Siempre conmigo, siempre luchando.

Semblante, mirada altiva
Sus voces vibran, tu Infantería
Ardor Guerrero,
sus almas gritan.

Se marchan esos tambores,
Se marcha mi Regimiento
Hombro con hombro,
Bandera al viento.”

Acto a los Caídos: Antecedente

Corría el año 1974, quizás 1975, en una tarde calurosa, el Capitán de Cuartel del Acuartelamiento San Fernando de Sevilla, D. José Ramírez Palacios, nos daba una teórica de Formación Moral a la tropa del Batallón Motorizable del RIMIX. Soria nº 9… después de tantos años no recuerdo el tema, pero sí el final. Nos hablaba del Acto a los Caídos y el significado de las tres repeticiones, de las tres “Ave María”, nos comentó que él, cuando estaba presente durante esos actos, rezaba siempre esas oraciones repetidas en sus tres ocasiones; yo, desde aquel instante y hasta hoy, seguí y sigo esa enseñanza. Gracias mi Capitán, cuando supe de su fallecimiento le recé, además del Padre Nuestro que siempre rezo a los fallecidos, las tres Ave María que me enseñó.

Pero, ¿de dónde vienes esa tradición?

A pesar de la victoria de la Batalla de Ceriñola, el Gran Capitán pareció triste tras haber derrotado al Ejército francés, ejército también cristiano. Al contemplar el campo cubierto de cadáveres, ordenó dar tres toques de atención prolongados para que todos rezaran por los muertos. Es el origen del toque de oración.

“Oración de nuestro Ejército:

A LOS QUE DIERON SU VIDA POR ESPAÑA.

Lo demandó el honor y obedecieron,

los requirió el deber y lo acataron ;

con su sangre la empresa rubricaron,

con su esfuerzo la Patria engrandecieron.

Fueron grandes y fuertes, porque fueron

fieles al juramento que empeñaron.

Por eso, como valientes lucharon,

y como héroes murieron.

Por la Patria morir fue su destino,

querer a España, su pasión eterna,

servir en los Ejércitos, su vocación y sino.

No quisieron servir a otra Bandera,

no quisieron andar otro camino,

no supieron vivir de otra manera.”

 

“Que el Señor de la vida y de la esperanza, fuente de salvación y paz eterna, les otorgue la vida que no acaba, en feliz recompensa por su entrega… ¡así sea!”

 

HISTORIAL DEL BATALLÓN DE CARROS DEL RIMIX. SORIA nº 9 (y PARTE 7)

RELACIÓN DE JEFES DE BATALLÓN

TCol. D. Agustín Sánchez Ruiz (1960-1967)

TCol. D. Francisco Lena Pacheco (1967- )

TCol. Joaquín Ramírez Sanz (-1977).

TCol. D. Antonio Terrero Gómez (1977-81)

TCol. D. Arturo de la Torre Coll (1981-1982)

TCol. D. Antonio Fijo de Lemus.

TCol. Antolín Álvarez (1985-1986)

TCol. Francisco Valdés Escobar (1986-1988)

TCol. D. Fernando Alcaide Muñiz (1988-9)

TCol. D. Luis Rodríguez-Caso Zurita (1989-)

TCol. D. José Antonio Segura Fdez.

TCol. D. Francisco Asensi Mendoza.

HISTORIAL DEL BATALLÓN DE CARROS DEL RIMIX. SORIA nº 9 (PARTE 6)

Cuando investigamos sobre el Batallón de Carros descubrimos y publicamos quienes fueron los primeros destinados tanto en San Roque como en Alcalá de Guadaíra; hemos pensado que quedaba cerrar la vida del Batallón de Carros publicando los nombres que hemos encontrado en el Boletín Oficial de Defensa del día 27 de Diciembre de 1995, con los últimos Oficiales y Suboficiales que estuvieron sirviendo en sus filas hasta su cierre en las tierras sevillanas. Nos gustaría poder incluir a los Cabos 1º y resto de los componentes del Batallón y de la USAC. que padecieron el cierre de la Unidad y del Acuartelamiento.

Resolución 562/14580/95

En virtud de lo establecido en la Norma General 8/94  EME., de desarrollo de la Instrucción General 7/94 EME., “Adaptaciones Orgánicas”, dictadas en aplicación de las atribución que confiere el Teniente General JEME, en el artículo 48 de las Normas de Clasificación y Provisión de Destinos de Personal Militar Profesional aprobadas por O.M. 120/93, de 23 de Diciembre, cesan en sus actuales destinos con efectividad de 01 de Enero de 1996, quedando en la situación de disponible (con excepción del personal que constituye las diferentes Comisiones Liquidadoras), en la plaza que se indica, el personal que a continuación se relaciona.

RIMIX. “SORIA” Nº 9, ALCALÁ DE GUADAIRA: MANDO, PLMM y BICCM. “ARGEL” IV/9.-

TCol.               D. Francisco de Asís Asensi Mendoza.

Cte.                 D. Francisco Lisbona Gil.

Cap.                D. Eduardo Salgado Romero.

Cap.                D. José Luis Donoso Álvarez.

Cap.                D. Francisco José Martínez Yuste.

Tte.                 D. Juan Manuel Tirado Jiménez.

Tte.                 D. Rafael Ángel Casermeiro Anta.

Tte.                 D. Miguel Angulo Cano.

Tte.                 D. Ramón Carretón Serrano.

Tte.                 D. Manuel González de la Torre.

Alf.                 D. Elías Ruiz Gallardo.

Alf.                 D. Francisco Javier Perea Alcaide.

STte.               D. Francisco Pérez Fernández.

STte.               D. Antonio González Aranda.

STte.               D. Miguel Moruno Quintana.

Bg.                  D. Gregorio Páez Escobar.

Bg.                  D. Juan Antonio Gómez Sánchez.

Bg.                  D. Marcelo Romo Maese.

Bg.                  D. Rafael Ruiz Gámiz.

Bg.                  D. Félix Rafael Valiente Carrasquilla.

Bg.                  D. Antonio García Caballero.

Sgto. 1º           D. Manuel Santana Vicente.

Sgto. 1º           D. Manuel Valencia Esteban.

Sgto. 1º           D. José Miguel Mena Escobar.

Sgto. 1º           D. José Molina Benítez.

Sgto. 1º           D. Manuel Hermosilla Bermúdez.

Sgto. 1º           D. José Carlos Vidosa Vázquez.

Sgto. 1º           D. José Martín Cotán.

Sgto. 1º           D. Ángel Otero García.

Sgto. 1º           D. Federico Gálvez López.

Sgto. 1º           D. Pedro Aniceto Romero Piña.

Sgto. 1º           D. Juan Pérez López.

Sgto. 1º           D. José Manuel Díaz Ríos.

Sgto. 1º           D. Francisco García Rey.

Sgto. 1º           D. Felipe Cañas Hormigo.

Sgto. 1º           D. Francisco M. Funes Lorca.

Sgto. 1º           D. Rafael Muñoz Vela.

Sgto. 1º           D. Jacinto García Rodríguez.

Sgto.               D. Pedro José Cordón Gómez.

Sgto.               D. Ángel del Río Vera.

Sgto.               D. Cristóbal Castaño Ortega.

Sgto.               D. Manuel Jiménez Fernández.

Sgto.               D. Manuel Jesús Vázquez Lora.

Sgto.               D. José Juan Maraver Montero.

Sgto.               D. Óscar Manuel García Alonso.

Sgto.               D. Francisco Víquez Gómez.

Sgto.               D. Francisco Javier Muiño Rivera.

Sgto.               D. José Manuel Carrión Avilés.

Sgto.               D. Luis María Domínguez Granado

Sgto.               D. Luis Moreno Molino.

Sgto.               D. Eulalio Blázquez Risco.

USAC. “LAGO ROMÁN”.-

STte.               D. Blas García Delgado.

STte.               D. Juan (Luis) Morón Bonilla.

Bg.                  D. Rafael Tomás Mengibar Caro.

Bg.                  D. Miguel González de Quevedo Orellana.

Sgto. 1º           D. Francisco Javier Escot García.

Resolución 562/14582/95

En virtud de lo establecido en la Norma General 8/94  EME., de desarrollo de la Instrucción General 7/94 EME., “Adaptaciones Orgánicas”, dictadas en aplicación de las atribución que confiere el Teniente General JEME, en el artículo 48 de las Normas de Clasificación y Provisión de Destinos de Personal Militar Profesional aprobadas por O.M. 120/93, de 23 de Diciembre, el personal que a continuación se relaciona (pendiente de asignación de destino), pasa a situación de disponible en la plaza donde se encuentra ubicada la Unidad que se disuelve con efecto del día 01 de Enero de 1996, no siendo de aplicación lo establecido en el apartado 5.1.1 de la citada Norma.

De la USAC. “LAGO ROMÁN”.-

Bg.                  D. Alberto Hormigo Vigara.

 

01 de Enero de 1996: Fecha Oficial en la que se trasladó el Regimiento de Infantería “Soria” nº 9 a Fuerteventura, formando parte de la Jefatura de Tropas del Mando de Canarias y de la desaparición del BICCM. “Argel” IV/9.

HISTORIAL DEL BATALLÓN DE CARROS DEL RIMIX. SORIA nº 9 (PARTE 5)

20 de Noviembre de 1989: Por Resolución 20286/228/89, los Cuadros de Mando y Cabos 1º reenganchados, que prestaban Servicio en el Batallón Mecanizado y en el Batallón de Carros Medios, son destinados por adaptación al BIMZ. “Tarifa” III/9 y al BICCM. “Argel” IV/9 (Anexo I), respectivamente. Probablemente fuese una de las medidas adoptadas con el Plan RETO.

La Instrucción General 2/1991 asignó nombres a los batallones regimentales, entre ellos: “Nápoles” I/17, “Zamora” I/29 y “Zaragoza” II/29. La medida era meramente estética y no afectaba a su historial ni antigüedad.

Febrero de 1993: El Coronel Don José Antonio Cañal de León hizo entrega del mando del Regimiento al Coronel Don Manuel Rivera Barriga.

El Plan NORTE (1994) transformó el Regimiento “Flandes” en Batallón IV/45 y disolvió Nápoles, Zaragoza y Soria. Ésta última denominación pasó a un nuevo Regimiento creado a partir del Batallón Lanzarote y legionarios del 3º Tercio.

Diciembre de 1994: Los Carros de Combate M-48 A5E, de la 3ª Cia. fueron reasignados al Regimiento Mixto de Infantería “Garellano” nº 45, Batallón de Carros de Combate “Flandes” IV/45.

El día 15 de Diciembre de 1994, día lluvioso, se realizó un solemne y emotivo Acto de despedida de la Bandera del RIMIX. “Soria” nº 9, de la Plaza de Sevilla, quedando custodiada, desde ese día, por la Jefatura de Tropas del Mando de Canarias.

El último Jefe del Batallón de Carros, “Argel” IV/9, fue el Teniente Coronel D. Francisco de Asís Asensi Mendoza.

Aproximadamente en el mes de Mayo de 1995 el BICCM, por medio del Comandante D. Benito Giménez de Azcárate Gascón, entregó los últimos veintiún carros de combates, los cuales fueron recepcionados, en San Clemente de Sasebas (Gerona), por el Regimiento de Infantería “Arapiles” nº 62, donde estuvieron de dotación hasta el año 2005, que por adaptación orgánica, la citado Cuerpo fue transformado en Unidad de Montaña. Los CC,s. fueron desguazado en función del plan de modernización del Ejército y de un Tratado de Verificación de Armas.

 

HISTORIAL DEL BATALLÓN DE CARROS DEL RIMIX. SORIA nº 9 (PARTE 4)

Hace unos meses el Coronel D. Jaime Palmer  Tomás, Jefe del RIMIX. Soria nº 9 entre los meses de Enero de los años 1989 y 1991,  nos comentaba un hecho anecdótico que desconocíamos y que pasamos a relatar:

Trescientos setenta y cinco años separan dos estancias, de nuestra Unidad en la Plaza de Düren, el pasado y el presente se unieron en la indicada población.

A mediados del mes de Mayo de 1989, la 1ª Cia. del BICCM, al mando del Capitán D. Jerónimo de Gregorio Monmeneu, participa en un ejercicio de intercambio con una Compañía de Carros de la Panzer Brigada 53, con sede Düren (Alemania); esta localidad forma parte de la Historia del Regimiento el cual, con la denominación de Tercio del Departamento de Brabante, durante la Guerra contra Alemania (1614 – 1620), tomó dicha ciudad.

 

“Guerras en Alemania” (1614-1620); Toma de Aquisgrán, Düren y Wesel, ocupación de Frankfurt, Worms, Castillo de Molpekeligh y Boock.

Rotas las hostilidades contra el Brandeburgo, el Tercio de Brabante se apodera de Aquisgrán (25 de Agosto de 1614), penetra en el territorio de Juliers, toma la plaza de Düren, y sin detenerse se aproxima al Rhin y pone sitio a la plaza de Wesel y de Orsoy, en unión de las demás tropas españolas, de cuyas villas se señorean a los pocos días. En esta situación queda el ejército, bajo el mando del Marqués de Espínola, teniendo enfrente a los holandeses que protegen al elector de Brandeburgo; hasta que, llegado el mes de Diciembre, se retira este Tercio a sus cantones de Liere.

No era posible establecer la paz en aquellos Estados ni en sus confines. El Emperador de Alemania pide al Rey de España le socorriese para reducir a la obediencia una parte de los electores del imperio germánico, que protegían la emancipación de Hungría; y nuestro Tercio es designado para formar parte del Ejército, que, bajo el mando del Marqués de Espínola, se sitúa en Coblenza (10 de Agosto de 1620); estando en esta plaza recibe la orden de formar parte de una columna, que se organiza bajo el mando del Conde Enrique de Bergh; marcha sobre Francfort, apoderándose de la ciudad sin resistencia, y lo mismo hace con Worns. El 10 de Noviembre del mismo año salen destacados 700 hombres del Tercio y hasta 1.700 valones y alemanes, con 4 piezas, para socorrer el palatinado; manda esta fuerza Don Diego Megía, que era nuestro Maestre de Campo desde Diciembre de 1617; sitia y toma el Castillo de Molpekeligh, juramenta a la obediencia del Emperador a Schwertzin y Mulsinghen, asedia la plaza de Traerback, distinguiéndose las compañías de los capitanes Don Antonio de Oteiza, Don Pascual de Arenas, Don Diego de Zúñiga y Don Francisco del Corral, en la defensa de una de las baterías contra una salida del enemigo; la plaza, a los primeros disparos de nuestra artillería enarbola bandera blanca y capitula. Después somete al castillo de Book, y dejando expeditas las comunicaciones con Luxemburgo y el camino de Italia, regresa a reunirse con el ejército que campaba en Cruzenack, en donde se le recibe por el General Espínola con las distinciones debidas; a tan esforzados servicios.

Hoy en el espacio donde tuvo sus instalaciones la Panzer Brigada 53, en Düren, es un inmenso Centro Comercial.

HISTORIAL DEL BATALLÓN DE CARROS DEL RIMIX. SORIA nº 9 (PARTE 3)

31 de Octubre de 1972: Se hizo cargo del mando del Regimiento el Coronel DON VÍCTOR LAGO ROMÁN.

1978: Ya estaban  anticuados los CC,s. M-47 y su consumo de gasolina era devastador y afectado por la crisis la “crisis del petróleo de 1973”; ésta tuvo su antecedente en el desorden del sistema monetario internacional, precipitado por la caída del dólar. El sistema acuñado en Bretton Woods en 1944 que había garantizado la estabilidad monetaria vino a su fin. Las principales monedas del mundo occidental flotaron en un contexto de gran inestabilidad.

Entretanto se habían adquirido como chatarra, procedentes de Italia, más de 100 carros que se almacenaron en el Parque Central de Ingenieros de Villaverde Bajo (Madrid), a la espera de su prevista transformación en diversas variantes de carros auxiliares, transformación que no llegó a producirse por no aceptarse los prototipos existentes y quedaron durante mucho tiempo aparcados en el citado Parque.

A mediados de 1980 y principios de 1981, al Batallón de Carros se reasignaron los CC,s. M-47 A2, siendo dotado por los CC,s. M-48 A5E2.

En el año 1981 el Batallón Motorizado recibió medios acorazados de la familia M-113 para transporte de personal y M-577 como Puestos de Mando y Transmisiones, de este último modelo también fue dotado el BICCM.

16 de Febrero de 1987: La 1ª Compañía del Batallón de Carros de Combate Medio, rindió honores a SS. MM. los Reyes de España en su visita a Dos Hermanas.

HISTORAL DEL BATALLÓN DE CARROS DEL RIMIX. SORIA nº 9 (PARTE 2)

10 de Julio de 1965: Se cambia la “Estructura Pentómica” por la que surgen de la Instrucción General nº 165 -142, del Estado Mayor Central; una reorganización similar a la francesa y de tipo tradicional “TERNARIA” que se componía, en la II Región Militar de:

  • FUERZA DE INTERVENCIÓN INMEDIATA.-
    • División de Infantería Mecanizada “Guzmán el Bueno” nº 2, en Sevilla.
      • Brigada de Infantería Mecanizada XXI en Botoa (Badajoz)
      • Brigada de Infantería Mecanizada XXII en Jerez de la Frontera.
    • FUERZA DE DEFENSA OPERATIVA DEL TERRITORIO.-
      • Brigada de Infantería de Defensa Operativa del Territorio II en Córdoba.
      • Comandancia General de Ceuta en Ceuta.

14 de Diciembre de 1965: En el D.O. nº 283, del citado día y en la página 1016 se puede leer:

“En cumplimiento a lo ordenado en la Instrucción General 165-142, del Estado Mayor Central del Ejército, pasan destinados al RIMIX. Soria nº 9, entre otros.-

  • Teniente Coronel D. Agustín Sánchez Ruiz.
  • Capitán Don Carlos Lossada Aymerich
  • Teniente Don Vicente Placet Mínguez
  • Teniente D. Antonio Ríos Espariz.

Todos ellos procedentes del Batallón de Carros de Combate de la División de Infantería “Guzmán el Bueno” nº 21, de guarnición en La Línea de la Concepción.

16 de Diciembre de 1965: En el D.O. nº 285, del citado día y en las páginas 1048 y siguiente se puede leer:

Agregados al BICCM. de la División de Infantería “Guzmán el Bueno” nº 21, los oficiales.-

  • Comandante Don Jaime Calderón Lozano
  • Comandante Don Fernando Díaz Álvarez
  • Capitán Don Antonio Fuentes Gañán
  • Teniente D. José Barragán Redondo.

14 de Enero de 1966: El Gobierno Militar de Sevilla entrega, al Regimiento de Infantería “Soria” nº 9, el Acuartelamiento “Las Canteras”.

18 de Enero de 1966: Por Instrucción General nº 165 -142, del Estado Mayor Central, el Regimiento se hizo cargo de la documentación del BATALLÓN DE CARROS de la 21 División, y pasó a tomar el nombre de REGIMIENTO MIXTO DE INFANTERÍA SORIA Nº 9, perteneciente a la Brigada de Infantería Motorizada nº XXII. Al año siguiente el Batallón de Carros se encontraba de guarnición en el Acuartelamiento de Las Canteras.

30 de Enero de 1966: Batallón de Carros  desde La Línea de la Concepción pasó, de guarnición, a Alcalá de Guadaíra; el Mando del BICCM, responsable del traslado a Las Canteras y su acoplamiento orgánico en el RIMIX. “Soria” nº 9 fue el Teniente Coronel Don Agustín Sánchez Ruiz, este Jefe fue designado, tras su ascenso, como Jefe del RIMIX. “Soria” nº 9. Con la Unidad también se trasladó a Sevilla:

  • Sargento Don Mariano Garrido Martín
  • Sargento Don Manuel Portillo Almellones
  • Sargento Don Francisco Macias Castañón
  • Sargento Don Genaro Alcalde Subirán
  • Cabo 1º Don Evaristo Cantos Ávila
  • Cabo 1º Don José Luis López Martínez
  • Cabo 1º Don José de la Higuera Muñoz
  • Cabo 1º Don Francisco Fimia Serrano.

Desde el Campo de Gibraltar llegaron a “Las Canteras” los dos Carros Grúa M-74 que se recibieron en la Estación de San Roque pocos meses antes de la reorganización que supuso el desmantelamiento de la Unidad y las dos Compañías de Carros.

El Tte. D. Luis Rodríguez-Caso Zurita quien, años más tarde fue el TCol. Jefe del BICCM. fue destinado al RIMIX. Soria nº 9 en el D.O. nº 46, de día 25 de Febrero de 1966; en el mismo diario fue destinado, con preferencia al poseer el título de Carros, el Capitán Don Jesús Lechuga Resa.

Entre los primeros oficiales que se incorporaron al BICCM, en Las Canteras, se cuentan los tenientes D. Carlos Pata Regato y D. Luis Ramajo Pestana.

El Batallón de Infantería que permanecía en Sevilla, por la Reorganización “TERNARIA”, pasa a ser Batallón Motorizable.

El 19 de Febrero de 1967 fue destinado al Regimiento Mixto de Infantería Soria nº 9, el TCol. D. Juan Astolfi García, quien se hizo cargo del mando del Batallón Motorizable.

18 de Octubre de 1967: Tomó el mando del Regimiento el Coronel Don Agustín Sánchez Ruiz.

Durante el año 1967 se hizo cargo del mando del Batallón de Carros el TCol. D. Francisco Lena Pacheco.